Victoria Ruiz Díaz aún recuerda con lujo de detalles lo que ocurrió aquella noche oscura en el barrio Trinidad de Asunción, cuando tenía 19 años.
“Yo venía de mi trabajo, salía como a las 20:00 hs del centro y me bajaba del colectivo siempre sobre Sacramento y Santísima Trinidad, que es en la esquina de la iglesia Santísima Trinidad, y desde ahí caminaba 15 cuadras hasta mi casa”, comenzó a relatar.

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“Yo me iba caminando, ya era oscuro y no había mucha iluminación cuando eso y sale de la esquina un hombre con un kepis y una ropa negra y agarra y me tapa la boca”, contó Victoria, quien no pudo defenderse pues se quedó paralizada del susto.
“Él me tapó la boca, me puso una navaja en el cuello y yo solo lloraba y le dije ‘llevá mi cartera y dejáme’. El muchacho me dice que él no quiere mi cartera, que no le interesa lo material. Que él me iba a hacer suya y que después me iba a matar, yo solo lloraba y esos segundos parecían eternos. Yo no podía defenderme”, recordó con angustia.

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Sin embargo, lo que pasó en ese momento fue algo que hasta hoy no tiene explicación. “En eso, a mitad de esa cuadra sale una señora toda vestida de blanco y dice: ‘¡Qué pasa ahí!’. Y el muchacho al verle, me empuja hacia ella y me deja en el piso, ni siquiera llevó mi cartera y sale corriendo y viene junto a mí la señora y me pregunta si estoy bien. Sí, le dije, no me hizo nada gracias a usted”, expresó.
“Ella fue mi ángel en ese momento. Si no yo no estaría contando esta historia”, aseguró Victoria.

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“Ella me llevó hasta su casa, me dio el vaso de agua y yo le pregunté su nombre y me dijo que se llamaba María de los Ángeles, y me dice para llamarle a mis padres porque yo vivía con ellos. Y yo le dije que no, que no quería preocuparles. Nos fuimos a la comisaría a hacer la denuncia, nos subimos a la patrullera, ella me acompañó. Era hermosa la señora. Me llevaron hasta la esquina de mi casa”, agregó Ruiz Díaz.
Para agradecer su acto de bondad, Victoria regresó junto a la misteriosa mujer para entregarle una canasta de agradecimiento. “Me fui a su casa y me atendió un señor, pregunté por ella y le expliqué al señor y él empezó a llorar y me invitó a pasar a su casa, me mostró una foto y me preguntó si era ella a quien vi y le dije que sí. Y ahí él me explicó que ella ya había fallecido. Yo me quedé perpleja, sin palabras”, comentó.

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“Me mostró hasta las tarjetitas de su velorio. Hacía cinco o seis años que ella falleció. Mi vida siempre le voy a deber a ella”, finalizó Victoria, quien hasta hoy sigue asombrada con lo que pasó aquella noche. ¿Vos qué opinás de esta increíble historia?
Fuente: cronica.com.py¿Ya estás registrado? Hacé click aquí.
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