Un hombre que trabajaba como guardia de seguridad en el centro de reclusión, sufrió repentinamente un ataque y cayó al suelo ante la mirada atenta de ocho reclusos.

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Mientras el hombre sufría un aparente ataque al corazón, las rejas del pabellón quedaron abiertas. El guardia tenía las llaves del lugar y también un arma, pero como se encontraba inconsciente nada podía hacer con eso.

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Al ver esta situación, los presos no dudaron un segundo y decidieron actuar. Leé la siguiente página para saber lo que hicieron.