Impulsado por lo que acababa de vivir, el muchacho luchó con todas sus fuerzas para seguir adelante y hoy en día es un adolescente feliz y lleno de vitalidad. No tiene dificultades para jugar al fútbol, escribir y realizar otras actividades cotidianas. Aunque anteriormente nunca había asistido a la escuela, ahora aprendió a leer y escribir, cursa el tercer grado y tiene muchos sueños y proyectos en la vida.

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“Quiero ser un gran motivador. Hablarles a las personas que perdieron una pierna o sus brazos y decirles que no todo está perdido. Que la vida sigue y que hay que salir adelante. Que somos iguales o mejores que muchos. Me gustaría hacer eso y además cuando termine la escuela y el colegio, quiero estudiar enfermería porque me gustaría ayudar a los que necesitan. Motivar, ayudar con mi historia, me encantaría”, comentó el entusiasmado joven.

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