Adrián Cabrera tiene 29 años y es oriundo de la zona de 3 de Mayo, Caazapá. Cuando era niño sufrió un terrible accidente que casi lo deja ciego. “Cuando tenía 10 años estaba trayendo agua en una carreta, y para poder descargar me subí y de repente la carreta con el tambor se me vino encima y me golpeé la cabeza. Ahí comencé perder la vista”, explicó. “Fui al oftalmólogo y me dijo que que no se podía hacer nada. Pasaron los años y tuve que abandonar mis estudios. En el 2006 vine para la Argentina. Aquí los doctores me dijeron que no podía trabajar y tampoco estudiar para no afectar mi ojo derecho donde veo 40%. Reposé un tiempo, pero después comencé a trabajar como albañil”, contó el joven, quien desde hace 12 años vive en la ciudad de Comodoro Rivadavia, Argentina.

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Por el accidente, perdió la visión completa del ojo izquierdo y solo ve con el 40 % de su ojo derecho. Sin embargo, pese a las dificultades nunca bajó los brazos: “Mi ojo derecho me demuestra todos los días como va a ser mi destino: brillante, pero borroso y lleno de peligro. Así lo veo. Si vine a este mundo, es porque mi misión es hacer algo, ser alguien, no pienso quedarme y lamentarme por nada; al contrario, voy a vivir al máximo siempre”, comentó Adrián.

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Aunque muchos creían que era imposible, el joven albañil sigue estudiando para ser un profesional de la construcción y se destaca dibujando planos. “Este año voy a recibirme de maestro mayor de obra. La carrera está relacionada con la arquitectura. Hasta hace poco trabajaba como albañil, pero ahora trabajo por mi cuenta, diseño planos y mi idea es recibirme y volver a Paraguay para ejercer mi profesión ahí. Gracias a Dios tengo muchísimo trabajo y me va muy bien”, expresó emocionado.

“La discapacidad visual para mí nunca fue una limitación, ni una traba; al contrario, siempre la tomé como un desafío personal, que intento vencer a diario, demostrándome que puedo. Y también como un desafío social, intentando con mi granito de arena, demostrar a los jóvenes con alguna discapacidad, que se siempre puede”, finalizó el muchacho. ¿Qué opinás de este valiente compatriota?