A sus 24 años, Rodrigo Figueredo se convirtió en noticia gracias a su historia de esfuerzo y superación. Luego de mucho sacrificio defendió su tesis para recibirse de licenciado en Psicología en la Universidad Nacional del Este, gracias al ingreso de su humilde puestito donde vende remedios yuyos y empanadas.

Desde que era muy jovencito, Rodrigo estaba seguro de que su sueño era estudiar en la universidad, pero como su familia es de escasos recursos tuvo que ingeniarse para lograr su objetivo. Es así que desde hace ocho años comenzó a trabajar vendiendo remedios yuyos en Área 1 de Ciudad del Este (Alto Paraná).

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Desde el primer año del colegio, su rutina comienza todos los días a las 03:00 de la mañana. Primero va hasta el centro de la ciudad a comprar los remedios yuyos; luego vuelve a su casa en el barrio 23 de Octubre y prepara los mazos para vender. Además, siempre lleva unas empanadas calentitas para ofrecer como tereré rupa a sus clientes.

Con el esfuerzo de todos los días, Rodrigo finalmente cumplió su sueño: días atrás defendió su tesis para recibirse de licenciado en Psicología. “Soy hijo único, somos de escasos recursos, la falta de trabajo fijo me trajo a este emprendimiento”, refirió el joven.

Sin embargo, “Rodri”, como lo conocen sus amigos y clientes, confesó que el camino no fue nada fácil. «Hubo días en que quise tirar la toalla. Dejar todo, pero pensaba en mí y en mis padres. Cuando tenía que rendir, traía mis libros a mi trabajo y leía cada vez que no tenía clientes. Después iba a mi casa y volvía a estudiar. A la noche me iba a las clases», explicó el muchacho.

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Ahora que es todo un profesional, no se olvida de quienes siempre lo apoyaron: su padre, Merlo Figueredo, y su madre, doña Teresa Dávalos. Ellos son sus dos grandes ejemplos y su inspiración en la vida.

Rodrigo no se detiene y sigue adelante con sus objetivos. Ahora sueña con conseguir un trabajo fijo donde pueda ejercer su profesión. «Hasta el momento no encuentro trabajo en lo que es mi carrera. Estoy juntando un poco de platita para poder capacitarme más en alguna especialidad. Me gusta la psicología educacional y la clínica. Espero conseguir pronto un trabajo para sacar adelante a mi familia», expresó con mucha esperanza. ¿Qué opinás de su motivadora historia?