Liliana Villalba tiene 24 años y su historia conmueve a todos en Pedro Juan Caballero. A su corta edad ya se recibió de doctora con mucho esfuerzo y dedicación. Pero ella no estuvo sola en este camino, ya que su mamá, ña Lili, la acompañó cada día hasta cumplir su sueño.

“Somos el vivo ejemplo que si se quiere, se puede. No importan las barreras, no importan las dificultades económicas”, escribió en Facebook la flamante doctora.

Via cronica.com.py

Liliana siempre fue una alumna brillante y desde adolescente supo que su sueño era estudiar medicina. Es por eso que su madre hizo muchos sacrificios para pagarle la facultad, ya que provienen de una familia humilde. “Hoy soy una doctora gracias a esta mujer que vendía pedazos de torta por la calle a solo 1.000 guaraníes, haya lluvia o haya sol, para así poder pagar mis estudios”, reconoció su hija.

Doña Lili empezó haciendo pan casero, pero luego ya no tuvo fuerzas para amasar y se dedicó a vender ricos postres a los vecinos del barrio. “A la par busqué trabajo y me contrataron unos chinos. Los fines de semana cuando tenía tiempo trabajaba como cajera”, agregó.

“Cuando llegaba de vender sus tortas, mi mamá se sentaba y separaba las monedas de los billetes y contaba (…) cuando terminaba de todo decía: ‘Gracias mi Dios’. Nunca voy a poder pagarle todo lo que dio por mí”, relató emocionada.

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El tiempo pasó y cada esfuerzo valió la pena para Liliana y su mamá. “Me acompañó desde el primer momento con aquella idea loca de querer estudiar medicina, me dio alas para volar, me daba fuerzas para seguir día a día, la que cuando no podía más me levantaba de la mano y me decía: dale mi hija”, comentó la universitaria.

“Solo debo decir gracias a esta señora, ña Lili o ña tortera, como muchos la conocen. Es la definición más perfecta de lucha, garra y valentía que puedo encontrar en mi vida”, concluyó la recién egresada. ¿Qué opinás de esta historia?