Jaleesa Jackson, de 29 años, y Chiedozie Uwandu, de 28, son una pareja de anestesistas que viven en la ciudad de Boston, en EEUU. Cansados de las largas jornadas de trabajo de hasta 14 horas en los hospitales, decidieron tomarse una semana libre para descansar al sur de California. A través de la plataforma Airbnb, hallaron una pequeña casa de huéspedes en Los Angeles, cuyo anfitrión se había ganado la categoría de “súper”. Cabe señalar que la firma sólo concede esta distinción a los muy bien recomendados por sus clientes.
Es así que Jaleesa y Chiedozie emprendieron el viaje sin saber lo que sucedería después. Al llegar y después de seguir las instrucciones para entrar en la casa, encontraron una botella de vino y una nota firmada por «JJ» dándoles la bienvenida. Todo fue muy tranquilo durante la primera noche, pero cerca de las 5:30 sintieron que alguien estaba golpeando la puerta con furia. “¡Yo sé que estás ahí, Kevin!”, decía una voz del otro lado.
Jaleesa abrió, le dijo al hombre que se largara y llamó al anfitrión para contarle lo sucedido. Pero grande fue su sorpresa cuando “JJ” respondió: “Sí, era yo». «Lo siento por la confusión. La vida es muy corta para estar dando explicaciones, que la pasen bien en Los Ángeles”, manifestó el extraño sujeto.

Via people.com
La pareja dejó pasar el malentendido y siguieron disfrutando de un paseo por la playa, cenaron y bebieron el vino. Pero cerca de las dos de la madrugada, un terrible estruendo sacudió la habitación a oscuras. Una enorme ventana de cristal se quebró en mil pedazos y un hombre cayó de golpe bocabajo en el suelo. «Yo no sabía lo que pasaba, pero reaccioné como si estuvieran atacándonos», comentó Chiedozie, quien usó toda la fuerza de su enorme cuerpo para detener al intruso y le pidió a su novia que llamara a emergencias.
Fue entonces cuando la mujer miró al extraño y no tardó en reconocerlo: allí estaba otra vez JJ. «¿Qué dice usted? ¿Que su anfitrión de Airbnb la está atacando?», preguntó incrédula la operadora del 911. Pero mientras tanto, cuando Chiedozie se apartó brevemente para sacarse un cristal encajado en el pie, JJ se levantó y huyó por la puerta.
Mientras esperaban la llegada de la policía, Chiedozie y Jaleesa fueron a la cocina tomaron unos cuchillos más y se pusieron en guardia. Pocos minutos después sintieron el ruido de un helicóptero y los agentes entraron con JJ esposado. «Dice él que Airbnb le había ordenado desalojarlos a ustedes porque no están pagando los servicios de limpieza», les informó uno de ellos.

Via bostonglobe.com
La verdadera dueña de la casa no tardó en aparecer y dijo que JJ vivía allí pagando alquiler, pero que no estaba autorizado a subrentar el espacio. “Pues lo hace todo el tiempo. ¿Usted no se había dado cuenta con la cantidad de gente que entra y sale de aquí?”, le preguntó Chiedozie. «Pensaba que eran amigos de él», respondió la señora.
Tras este traumático episodio, la pareja se comunicó con Airbnb y relató todo lo que les tocó vivir. Los encargados de la plataforma les ofrecieron hospedaje en propiedad del área y devolverles los USD 708 que habían pagado, pero la pareja se negó y pasó el resto de las vacaciones en el hotel Hilton que les costó USD 2.300. Finalmente, los novios solicitaron a Airbnb un pago de USD 5.000 en compensación al mal momento que tuvieron que pasar. Tras de muchas discusiones, la compañía accedió a pagar sólo la mitad. ¿Te imaginas vivir una situación cómo esta durante tus vacaciones?
Fuente: infobae.com¿Ya estás registrado? Hacé click aquí.
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