Néstor Ramón Martínez tiene 29 años, es padre de dos hijos pequeños y desde hace cinco años trabaja como chofer de la línea 96. Aunque a simple vista parece un conductor como cualquier otro, él se destaca por la energía positiva que a diario regala a todos los que suben a su vehículo. Con pequeños detalles como una sonrisa, algún dulce y hasta globos de colores, este trabajador cambia el humor hasta al pasajero más pirevai. Por ejemplo, para celebrar el Día de la Amistad preparó una bolsa de caramelos para repartir a los que él llama “amigos del día a día” .

“Yo suelo decorar mi colectivo con globos y esas cosas para darle buena energía al día. Generalmente eso más hago en días especiales y tengo globos aparte para darle a los niños”, explicó.

Via cronica.com.py

Y pese a que muchas personas son difíciles de tratar, Héctor siempre tiene preparada su mejor sonrisa para luchar contra el mal humor: “Cuando veo que alguien está pirevai le hago una broma y ya se ríe, si veo que alguien está triste le digo fuerza y también le bromeo (…) Cuando me dicen algo de mala forma o me largan la cara no les digo en el momento, pero ya cuando se bajan les tiro beso o les digo ‘te quiero mucho’, ‘que tengas un lindo día’ y se terminan riendo”, aseguró el simpático chofer.

Via cronica.com.py

Por otro lado, lamenta que importantes valores como la amabilidad y el buen trato se estén perdiendo, por eso pone su granito de arena para evitar que los mismos desaparezcan de nuestra sociedad. “La mayoría de los choferes son amargados, argeles, me dicen. Los pasajeros se sorprenden cuando ven que yo no, pero pasa que muchos compañeros y colegas están cansados, mucha gente también les trata mal, hay mucho nerviosismo en la calle”, relató el conductor.

Y pese a que es muy difícil mantener el buen humor en los tiempos que corren, él no piensa bajar los brazos y seguirá repartiendo sonrisas a bordo de su micro. ¿Qué opinás de esta motivadora historia?