La charla siguió hasta que la jovencita se dio cuenta de que llegaba tarde a clases; entonces le dijo a hombre que ya debía irse y se despidió amablemente. La reacción de aquel mendigo fue sorprendente: comenzó a llorar y escribió sobre un pedazo de papel una nota que dejó en las manos de Casey antes de marcharse.

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“Hoy iba a matarme, pero gracias a ti, ya no lo haré. Te lo agradezco, eres una persona hermosa”, decían las palabras de aquel desconocido.

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Con un pequeño gesto lleno de amor, la muchacha le dio al mendigo una nueva razón para seguir viviendo. ¡Es maravilloso!