Gregoria Olguín tiene 50 años y una experiencia realmente emotiva. Hace 15 años -tres años después de que su marido falleciera a causa de un infarto- recibió la peor noticia: un cáncer de cuello uterino amenazaba su vida, por lo que tuvo que empezar un largo tratamiento para luchar contra la enfermedad. Los doctores no eran muy positivos con la situación de la mujer y sólo le daban dos años más de vida.

Tras enterarse que el cáncer invadió su cuerpo, Gregoria sintió que el mundo se le vino abajo. Muchas dudas invadieron su mente, pero sobre todo pensaba en sus cinco hijos, que iban a quedar desamparados si su mamá no lograba recuperarse. Fue por amor a ellos que nunca bajó los brazos y se aferró con todas sus fuerzas a la vida. Y así, luego de pasar por 12 cirugías y 25 sesiones de quimioterapia, esta valiente señora logró lo que nadie imaginaba. Gracias al trabajo de los médicos y su profundo amor a Dios, al fin pudo librarse de la cruel enfermedad, ¡fue casi un milagro!

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Agradecida por esta nueva oportunidad que le dio la vida, ahora ña Gregoria acompaña a niños y adolescentes que luchan contra el cáncer. Además de ropa y víveres, ella también lleva ayuda espiritual a los pequeños y sus familias que atraviesan esta complicada situación. “Me voy y oramos con los pacientes, yo me considero la mamá de muchos esos niños y adolescentes que están pasando por esta situación”, comentó la valiente mujer.

Gregoria no sólo es una persona solidaria y de buen corazón; además es modista de alta costura y pone todo su conocimiento al servicio de los que más necesitan. Para el festejo del Día de la Primavera que se realizó en el Instituto Nacional del Cáncer de Areguá, ella confeccionó hermosos vestidos a las niñas y jovencitas que batallan contra la enfermedad. “Yo puse la mano de obra y otros voluntarios donaron la tela y otras cosas necesarias para hacerles el vestido, yo sabía que muchas no iban a aguantar mucho tiempo y tenían esa necesidad de vestirlas iguales como princesitas”, relató.

Pero llevar la palabra de Dios y ayudar a los ‘guerreritos’ no es tarea sencilla. Gregoria ya vio a muchas personas agonizar a causa de la enfermedad. “Ya vi y sigo viendo a mucha gente morir por el cáncer. Es muy fuerte, pero soy feliz de saber que muchos se fueron conociéndole a Dios”, comentó la voluntaria.

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Sin embargo, nada detiene a esta ejemplar mujer que pese a los problemas de la vida pudo sacar adelante a sus hijos. “Muchos de ellos ya son profesionales, estudiaron en la Facultad y fue muy difícil hacerlos crecer y educarlos con mi situación, pero luché mucho para que así sea”, explicó.
 Asimismo, ña Gregoria relató que hay muchas personas que estuvieron con ella en los peores momentos, y siempre les va a agradecer por el apoyo que recibió y sigue recibiendo de parte de ellos.

El noble trabajo de ña Gregoria ya se viralizó en las redes sociales y muchos ya se sumaron a esta causa solidaria. “Simplemente quiero que la gente vea que hay un mundo más allá de lo superficial. Hay gente luchando por sus vidas. Insto a que más se sumen a esta causa”, finalizó. ¿Qué opinás de esta emotiva historia?