Para que el tratamiento tuviera éxito, los sufridos padres debían hacerle 3 fracturas diarias por unos largos 4 meses. Elsie se mantenía medicada para amortiguar el dolor, pero esto no evitaba que sufra muchos dolores. Pese a todo fue una niña muy valiente y sus padres están muy orgullosos de ella. “Nos preguntamos si todo este proceso valía la pena, yo no quería que mi hija sufriera, pero lo volvería a hacer miles de veces si con ello pudiera conseguir que mi hija disfrute de una vida mejor.”

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De esta forma, el aparato fracturaba la pierna separaba el fémur de la tibia y lograba extender poco a poco la estructura de la pierna. Tras los largos meses de tratamiento, los especialistas también pudieron reconstruirle la cadera, la rodilla y el tobillo, que no se desarrollaron bien. Tras semanas de tensión, finalmente Elsie comenzó su recuperación definitiva. En la actualidad no tiene ninguna anomalía en sus piernas, está perfectamente sana y disfruta de la vida como cualquier niña de su edad. ¡Un aplauso para esta valiente muchachita y sus padres!

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