Desde que tenía dos años, la pequeñita mostró un gran interés por los insectos. Ella nunca tuvo miedo para tocarlos o subirlos a su ropa. Por el contrario, se mostraba tan entusiasmada que su mamá le regaló una red para mariposas y un recolector de insectos.

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Con estas herramientas, Sophia y su mejor amiga salían en busca de aventuras y se hacían llamar “las cazadoras de insectos”. Aunque la niña tiene un interesante pasatiempo, muchos de sus compañeros de escuela comenzaron a burlarse de ella diciéndole que era “rara”. Seguí leyendo más de esta historia en la próxima página.

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