Según la investigación, publicada en Sciencedirect, los perros no sólo son capaces de distinguir cuando una persona es buena o mala; además pueden reconocer si alguien es grosero con otro ser humano. De hecho, procesan la información necesaria para decidir cómo comportarse de acuerdo a las acciones de un desconocido o de su propio amo.

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Para llegar a esta conclusión, los especialistas realizaron un experimento muy particular: en una primera etapa, pidieron a dueños de perros que intentaran abrir un contenedor y al fallar en el intento, que solicitaran ayuda a dos investigadores.

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