En una de esas visitas, un hombre llamado David de Meulles grabó con su celular una situación tan inusual como encantadora: un enorme oso polar se acercó a un perrito que estaba encadenado entre unas piedras. Pero sorprendentemente no le hizo daño; comenzó a acariciarlo y lamerle las orejas de la manera más amistosa.
El video del amable oso no tardó en hacerse viral y recorrer las redes; sin embargo, días después se supo la aterradora verdad detrás de estas bonitas imágenes. Y a decir verdad, es peor de lo que imaginamos.

Via express.co.uk
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