Su nombre completo es Luz Clarisse Zaracho, y tiene tan sólo 31 años de edad. A ella siempre se la ve con el rostro sonriente, a pesar de tener que llevar a cuestas un tanque de oxígeno a todos lados. Pero la alegría llena su cara casi sin tener en cuenta que su padecimiento, según sus doctores, no tiene siquiera el más mínimo porcentaje de probabilidad de cura.

Vía themighty.com

“El doctor me explicó sobre la enfermedad frente a mi mamá y mi marido. Fue super directo. Es letal y hasta hoy en día no tiene cura. Desde que me la detectaron lo que hice fue leer sobre la enfermedad y fui aprendiendo. Tomé todo con calma porque es una prueba que Dios me da y la tengo que afrontar con fuerza y mucha fe para salir adelante”, cuenta Luz.

Ella es contadora pública, y pese a su enfermedad debilitante, sigue trabajando incansablemente en una cooperativa de su localidad, donde la directiva y todos sus compañeros le brindan su incondicional respaldo también. Su mamá no le permite ser madre, por el peligro que conllevaría.

“No tengo hijos y no los puedo tener. Es riesgoso porque no aguantaría. Le afectarían al feto mis medicamentos. Y podemos morir los dos o uno de nosotros. Y prefiero no arriesgarme a que el bebé venga al mundo a sufrir”, concluyó esta guerrera ejemplar. Cuenta que su marido, Marcos Román, la acompaña todos los días, y pacientemente instala y traslada su balón de oxígeno en donde sea necesario.

Fuente: cronica.com.py