“La señora se emocionó, lloró de la emoción. Algunas personas me felicitaron, otros me dijeron que fui un ‘vyro’ (zonzo), pero yo pensé que no iba a estar bien con mi conciencia si me quedaba con lo ajeno. Me dieron una propina de 300.000 guaraníes, que ya me sirve para pagar algunos gastos”, relató al diario ABC Color.

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La notable muestra de valores de Tito no pasó desapercibido y entre los ciudadanos realizaron una colecta para liquidar íntegramente las cuotas que debía por su biciclo. Pero ese no sería el único premio que Diomedes recibiría por su noble gesto.

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La Municipalidad de Encarnación también premió al funcionario con un reconocimiento municipal otorgado por el propio intendente Luis Yd, además de promoverlo de limpiador a fiscalizador y asignarle un merecido aumento en su salario. Sin embargo, los reconocimientos no acabaron ahí, porque una mujer de 90 años, de nombre Aurora López, se conmovió con la noticia de Tito que decidió regalarle un hermoso terreno en el distrito de Hohenau. De esta manera, hoy el honesto barrendero cosecha en abundancia el fruto de sus buenas acciones.