Cada día, al llegar de la escuela, Phil aparecía con marcas de golpes y rasguños. Y es que otros niños de la institución lo molestaban constantemente por su gordura, convirtiéndolo en el blanco de sus burlas y agresiones. Su madre, llamada Tammy Mick, estaba desesperada y ya no sabía cómo poner freno a la situación que lo había atormentado durante los últimos dos años.
Via washingtonpost.com
Pero la vida quiso darle una nueva oportunidad a este pequeñito y puso en su camino personas grandiosas, dispuestas a darle todo su apoyo para que pueda salir adelante. Todo comenzó cuando en la época navideña, Phily y Tammy fueron a un evento de motociclistas en DeKalb, Indiana. La reunión se realizaba para ayudar a familias de escasos recursos que no podían solventar las tradicionales fiestas de fin de año.
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