Pero el oficial se sintió amenazado por el inesperado movimiento y pegó un grito que hizo reír a algunos pobladores. Ofendido, Squid quiso poner las cosas bajo control y demostrar que los ingleses tenían el poder.

Via clarin.com
El oficial fue rápidamente hasta el cuartel y emitió una orden de detención contra el árbol. Luego de preparar los papeles correspondientes, llamó a un sargento y le ordenó que procediera a arrestarlo. Como el borracho tenía miedo de que el preso “se escape” a un pueblo vecino, mandó a ponerle unas gruesas cadenas que conserva hasta el día de hoy.

Via panfletosmanchados.blogspot.com
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