Lechugas. Este es uno de los primeros alimentos en descomponerse si no se utiliza a tiempo. Pero si sucede, ¡no las tires! Con las hojas marchitas podés hacer un rico pesto. Solo tenés que retirar las hojas que están muy aguadas y colocar las sobrantes en un procesador. Agregá nueces, albahaca, queso parmesano, aceite de oliva y un poco de agua para darle la consistencia adecuada. ¡Es excelente para acompañar comidas!

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Frutos rojos. Este tipo de alimento se debe consumir rápidamente, ya que es uno de los que menos dura. Por lo general no tardan en perder textura y ablandarse, pero si llegan a ese estado podés transformarlos en mermelada. Triturá los frutos rojos con un poco de azúcar, el jugo de un limón y una cucharadita de vainilla. Cociná esta mezcla a fuego medio hasta que hierva y remové suavemente hasta lograr la consistencia deseada. Para guardar la mermelada, utilizá un frasco hermético.

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