Aprendés cómo funciona su mente. Convivir con hermanos te ayuda a conocer su modo de ver el mundo; y aunque a veces “choquen” un poco, la convivencia también puede ser muy divertida gracias a esto. También descubrís que ellos pueden hacer lo que vos quieras, siempre y cuando uses las palabras adecuadas y los sepas convencer.

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Desarrollás la virtud de la paciencia. Como ya sabés que son de mundos diferentes, debés ser paciente ante situaciones que jamás creíste enfrentar. Es probable que seas la más razonable y por eso tendrás la oportunidad de marcar pautas para solucionar los conflictos.

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