Los más pequeños siempre están llenos de energía y con ganas de descubrir cosas. El contacto físico con lo que los rodea es fundamental para que desarrollen sus habilidades. Y si bien pueden jugar todo lo que deseen a través de las pantallas, nada puede suplantar los juegos con otros chiquitos de su edad.

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También es importante que puedan desafiarse a sí mismos, venciendo el aburrimiento por su cuenta. Al acceder a la tecnología a todas horas, de a poco pierden la creatividad para desarrollar sus propios juegos y solucionar problemas. Para los padres puede ser cómodo entretenerlos con un celular, pero el daño que hacemos a sus curiosas mentes será enorme si no lo controlamos a tiempo.

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Los llantos, berrinches y caprichos también pasarán a un segundo plano si se controla el uso de computadoras y celulares. Darles estos aparatos para que se calmen es efectivo por un rato. Pero al intentar sacárselo todo puede ser un caos. Es por eso que no debemos generar esa necesidad en ellos, mostrándoles que puede jugar con otras cosas.