Dedos arrugados. Es normal que este fenómeno suceda luego de una larga ducha o tras estar varias horas en la piscina. Ocurre cuando el cuerpo se encuentra con una gran cantidad de humedad y cree que todo alrededor puede ser resbaloso. Entonces, para que sea más fácil sujetarse a las superficies planas, la piel de los dedos comienza a cambiar de textura y se pone más rugosa.

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Piel de gallina. La principal función de este mecanismo de defensa es reducir la cantidad de calor que nuestro cuerpo pierde a través de los poros. Cuando la piel se pone en este estado, hace que sea más fácil calentarnos en condiciones climáticas inhóspitas.

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