Fue así que pusieron manos a la obra y planearon todo para que el cumpleaños sea perfecto. Finalmente el día llegó y todo estaba increíble: había globos del sonriente emoticón por todos lados y los invitados jugaron a “pon la caquita” en el dibujo de un inodoro. Además, la torta y la piñata se diseñaron especialmente para la ocasión. Por si fuera poco, los asistentes se sentaban sobre almohadones ruidosos y todos la pasaron de maravilla.

Via elitedaily.com

Audrey y su mamá se vistieron especialmente para el evento; mientras que la pequeñita lució un simpático conjunto con el tema de la fiesta, Rebecca fue más allá y utilizó un gracioso disfraz de caquita. “Cuando Audrey vio mi disfraz, empezó a brincar y a gritar ‘¡mami, eres una caquita!’… Valió la pena la vergüenza que sentía de andar por la fiesta en un disfraz como ese, con tal de verla feliz”, relató la orgullosa madre.

Via elitedaily.com