Confundido, el hombre frunció el ceño y Tara no sabía cómo reaccionar a las palabras de su hija. Sin embargo, no tardó en reponerse y le preguntó a la niña cuántos años estaba cumpliendo. Luego de hablar por algunos minutos se despidieron y cada uno continuó su camino.

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Pero Norah sintió algo tan especial por aquel abuelito, que le pidió a su madre volver al supermercado para tomarse una fotografía con él. Luego de recorrer algunos pasillos lograron encontrarlo y amablemente le pidieron que posara junto a ella. El hombre no pudo negarse al deseo de la pequeñita y se mostró realmente feliz.

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