Cada mañana, esta joven chipera ofrece sus productos desde el frente del cementerio de San Lorenzo hasta la comisaría. “Ese era el recorrido que hacía mi mamá antes y ahora yo lo herede. Por suerte ya tengo todo mi clientela que siempre compra”, explicó orgullosa.

Via discoveringparaguay.com

Pero Amelia no solo dedica sus días a la venta del rico chipa; ella sueña con salir adelante y para eso dedica muchas horas al estudio. Además de ser una muy buena vendedora, también es estudiante universitaria y todo un ejemplo a seguir.

Via blogspot.com