Javier Alderete cursaba el último año de la carrera de Derecho cuando una noticia cambió su vida para siempre: su novia estaba embarazada y muy pronto serían padres por primera vez. Y aunque deseaba convertirse en un gran profesional de las leyes, lo cierto es que tuvo que dejar de lado su sueño para que a su novia y a su bebé no les falte nada.

Es así que por el gran amor que sentía por su familia, abandonó su profesión de abogado para dedicarse a otros oficios y llevar a su casa el pan de cada día.

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“Me convertí en papá casi en los últimos años de facultad y me fue un poco difícil por todo lo que conlleva eso. Terminé mi carrera, pero tuve que hacerme cargo de la que en ese momento empezaba a ser mi familia. Hoy tengo dos hermosas hijas, la mayor de 15 años y la menor de 8”, contó orgulloso.

Javier hizo de todo para que nunca falte alimento en su hogar: trabajó como guardia de seguridad, fue chofer de una empresa estando en la facultad y también trabajó como funcionario de la Municipalidad de Lambaré. Hoy en día es taxista y a diario recorre las calles de la ciudad a bordo de su vehículo.

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Pero pese a los años, este abogado nunca abandonó la idea de tener su propio estudio jurídico y dedicarse a su profesión a tiempo completo. Es por eso que preparó un letrero donde ofrece sus servicios y con el permiso de sus compañeros lo exhibe en la Parada de Taxi número 2 de Lambaré, su puesto de trabajo.

“Ahora estoy haciendo el camino”, comentó Javier, quien ya cuenta con experiencia en el mundo de las leyes y sigue adelante para cumplir otra gran meta: darle a su familia una casa propia haciendo “lo que le gusta en la vida”. ¿Qué opinás de esta motivadora historia?