“Los niños que tienen menos posesiones materiales y más relaciones positivas con los padres y compañeros obtienen mejores resultados en las pruebas de evaluación de autoestima. También presentan menos problemas de conducta y demuestran más capacidad para enfrentar obstáculos”, explica Grover.

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Los priva de una felicidad verdadera. Los pequeños que solo reciben regalos (y no los dan), suelen crecer siendo egocéntricos y carecen de empatía. Esto se debe a que no desarrollan su generosidad e impide que se comuniquen positivamente con otros. Al no poder relacionarse sanamente, su felicidad persona no puede crecer.

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