Ben vive con sus padres en Devon, Reino Unido. El muchacho sufre un autismo severo que no le permite hablar y tiene un entendimiento muy limitado. Desde los dos años de edad, solo ha bebido líquidos de una taza de tapa verde con pico de la marca Tommee Tippee; es tanta su fijación por este objeto, que sus padres nunca lograron que bebiera de otro recipiente.

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Por supuesto, el paso del tiempo y el constante uso hicieron que la taza se rompiera. Y aunque al principio pudieron conseguir reemplazos sin que Ben lo notase, las cosas empeoraron porque la compañía original dejó de fabricar estas tazas hace años.

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