Con la llegada de las redes sociales, el cotilleo tomó dimensiones gigantescas y sus consecuencias llegaron a ser devastadoras, sobre todo para los adolescentes. Los comentarios malintencionados pueden convertirse fácilmente en bullying y tener efectos negativos en la salud mental, emocional y el desarrollo social de los más jóvenes.

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Pero existe una fórmula bastante sencilla y eficaz de alejar a los chismosos y evitar que sus malas intenciones se interpongan en nuestro camino: cuando una persona trate de involucrarte en una conversación sobre otros, solo debés preguntar:

¿Por qué me estás diciendo todo esto?

Esta sencilla frase descolocará al chismoso, ya que desvía su intención egoísta de hablar mal de los demás. Por otro lado, dejará bien en claro que no querés formar parte de la conversación ni denigrar a nadie.

¿Te parece útil?  ¿Qué esperás para poner este consejo en práctica?

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