En un pequeño bosque ubicado en Itá Guyrá, en la ciudad de Piribebuy, se encuentra un oratorio en honor a un niño fallecido hace muchos años atrás, y quienes lo conocen aseguran que allí ocurren verdaderos milagros.

Aunque llegar hasta el sitio no es tarea fácil, este “angelito” recibe cada vez más visitas. “El camino es intransitable, está lleno de rocas, calles arcillosas que lo hacen difícil de llegar hasta el bosquecito donde está el oratorio de Salvador, así se llamaba el mitã’i”, contó doña Josefa, una pobladora. “Aquí las personas llegan en busca de su milagro de sanación, le rezan y algunos hasta le dejan ofrendas”, agregó.

Via cronica.com.py

“En Navidad esto está lleno. Como que la gente aprovecha este momento de reflexión para acudir”, aseguró la señora. Algunos visitantes también comentaron sus historias con “Salva”, como lo llaman cariñosamente. “Yo voy para agradecerle por el milagro que hizo en mi vida. A mi me sanó”, contó don Diómedes, uno de los tantos agradecidos.

“Hasta el sitio llegan personas de diferentes partes del país. Aquí suceden milagros, de eso no hay dudas”, agregó por su parte Derlys Martínez”, quien también acudió hasta el oratorio del niño milagroso.

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Según cuentan los lugareños, la vida de Salvador terminó trágicamente hace muchos años. El niño había ido al lugar en busca de arcillas y lodo, materiales que se usaban para revocar paredes de las casas hechas con adobe.

Sin embargo, mientras se encontraba en plena tarea, una enorme roca se desprendió de su pedazo principal y cayó sobre él. Lamentablemente ya nada pudieron hacer por salvarle la vida. Un tiempo después se levantó el oratorio en honor al niño. ¿Qué opinás de esta sorprendente historia?