Hay que ser honestos y admitir que nadie es perfecto; en el aprendizaje de la vida todos los días cometemos errores que con el tiempo perdonamos y -si aprendemos de ellos- los corregimos para que ya no vuelvan a suceder. Sin embargo, puede que estos tropiezos sean difíciles de olvidar por aquellas personas que sufrieron con nuestras equivocaciones.

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Es ahí donde nace la famosa “sed de venganza”. Pese a que este pensamiento es mal visto por la sociedad, según expertos podría tener más de un beneficio en nuestro estado de ánimo. ¿Será entonces, la mejor solución para los corazones rotos?

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