Si de chico eras un amante de los dulces, seguramente habrás escuchado mil veces a tu mamá diciendo “ya no comas tantas golosinas”, “tenés que comer más frutas” y una larga lista de etcéteras que solo una madre paciente es capaz de decir para cuidar a sus pequeños.

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Siendo adultos comprendemos que todo lo que ella decía es cierto pero, ¿quién puede resistirse, por ejemplo, a un delicioso chocolate? Algunos todavía conservamos un niño en el corazón y los dulces siguen siendo nuestra debilidad.

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