Quienes han tenido la oportunidad de estudiar en la universidad, saben que esta etapa de la vida es un momento único en el cual no solo se obtienen nuevos conocimientos; también es la oportunidad de conocer gente nueva, hacer grandes amigos y tener experiencias de vida inolvidables. Podemos vivir cosas increíbles si todo marcha bien y la fortuna está de nuestro lado; aventuras que con el correr de los años permanecerán en nuestra memoria. Y eso fue justamente lo que ocurrió con tres compañeros de la Universidad Estatal de Nueva York. Un día como cualquier otro, los chicos vivieron una de las situaciones más importantes de sus vidas y la historia recorrió el mundo.

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Reese Werkhoven, un estudiante de geología, compartía un pequeño departamento con sus compañeras Lara Russo y Cally Guasti. Aunque vivían en un lugar bastante modesto, los chicos querían algunas comodidades y decidieron comprar un sofá de segunda mano para su sala de estar. Entonces fueron hasta la tienda del Ejército de Salvación de New Paltz y allí encontraron un viejo sillón que, aunque no era bonito ni olía bien, era el único que cabía en su pequeña habitación. Por solo 20 dólares se hicieron con él y lo llevaron a casa. A simple vista parecía un mueble que solo gente necesitada o con escaso dinero llevaría a su hogar, pero nadie sabía que, en realidad, este objeto traía con él la mayor de las suertes. ¡Continuá leyendo esta historia en la próxima página!

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