Como en cada verano, la bella ciudad de Encarnación se apresta para recibir a miles de visitantes que llegan a sus playas desde diferentes puntos del país, como también desde países vecinos. Uno de los aspectos más estrictos es la seguridad en las playas, por lo que salvavidas patrullan constantemente las aguas en pos del buen pasar y bienestar de los bañistas.

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Luis Araújo era uno de esos guardias, que en compañía de su compañero Rubén, patrullaban la playa Mbói Ka´ê durante una calurosa mañana de domingo. Era un día normal durante el turno hasta que una mujer y dos niños se dirigieron a los límites de la playa, caminando hacia las piedras para luego darse un baño en el río y de pronto, los gritos irrumpieron la tranquila mañana. Luis corrió hacia al agua y sin dudar se lanzó al turbulento Río Paraná y rescató a la madre y a su hija; luego volvió por el otro niño, pero jamás volvieron a salir.

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Su valentía salvó dos vidas esa mañana y aunque no pudo salvar una tercera ni la suya, le valió el reconocimiento y el cariño de toda una ciudad que le rinde homenaje en cada verano. Pero algo sucede desde entonces, algunos aseguran que él sigue resguardando la seguridad de los bañistas desde el más allá. Mirá en la siguiente página.