Ser demasiado duro contigo mismo. Cuando las cosas no van como planeamos, a veces nos culpamos a nosotros mismos y nos castigamos por todos lo que salió mal. Decimos que no trabajamos lo suficiente, o bien, no somos capaces de enfrentar el desafío. No es bueno continuar con esos pensamientos negativos si queremos salir adelante; nadie mejor que nosotros para emendar las posibles faltas y así evitar hundir nuestro estado de ánimo.

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Permitir que triunfe el miedo. Es muy importante que sepas que los miedos y los límites solo están en tu cabeza, por lo que sos el mejor guerrero para luchar contra ellos y evitar que triunfen, truncando tus sueños y objetivos en la vida. Aunque es perfectamente normal sentir miedo en algunas ocasiones, para evitar que el temor termine por bloquearte tenés que luchar contra tus propias inseguridades, demostrándote a vos mismo de todo lo que sos capaz.

La mayoría de nosotros podemos afirmar que hemos pasado por alguno de estos hábitos. Pero el primer paso es reconocerlo para eliminarlos de nuestra vida y salir adelante. ¡Todo es cuestión de voluntad!

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