Decidí lo que creés mejor para vos, sin perder tiempo.

11. Dejá de ser pasivo

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Pensar está muy bien, yo me cosidero una persona pensativa, pero no pienses demasiado en las cosas, porque lo único que vas a conseguir es ahogarte en un vaso de agua, o peor, crear un problema que antes no estaba. Analizá todas las situaciones y tomá una acción dicisiva. No podés cambiar nada si vos misma/o te rehusás a confrontar las situaciones. El cambio implica riesgo, y viceversa. Y todo cambio, es siempre positivo.

12. Dejá de creer que no estás preparada/o

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Nunca nadie está preparado al 100% cuando se presenta una oportunidad, o sino no se llamaría oportunidad. Las oportunidades nos empujan afuera de nuestra zona de confort, y eso significa que sin importar la circunstancia, es completamente normal que no nos sintamos cómodos al principio. ¡Metéle sique, no tengas miedo!