Mauricio Encina tiene 32 años, es padre de una niña y vive en la ciudad de Mariano Roque Alonso. En el año 2016 quedó sin trabajo fijo, por lo que tuvo que ingeniarse para conseguir dinero y buscar una nueva manera de mantener a su familia. Es así que, gracias a su pasión por la música, encontró la forma de ganarse la vida subiendo a cantar en los buses de la transitada ciudad.

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Todos los días -llueva o truene, haga frío o calor- Mauricio sale con su guitarra a ofrecer un variado repertorio de rock a los pasajeros que van y vienen de sus casas. Gracias a este trabajo, este joven padre puede mantener a su hija y además sigue adelante con su mayor sueño: seguir costeando sus estudios de aeronáutica civil.

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Desde que su papá le enseñó sus primeros acordes a los 13 años, Mauricio nunca abandonó la música y hoy en día es su medio para salir adelante. A poco de recibir su licencia y convertirse en piloto, este músico le aconseja a los soñadores que nunca abandonen aquello que más aman. “Por suerte la gente me apoya y siempre colabora conmigo, a ellos les digo que Dios le va recompensar el doble y a todos aquellos que tienen un sueño que nunca lo dejen y que peleen por ello”, expresó. ¿Qué opinás de su historia?