«Esto va de la mano con la necesidad de nuestra cultura de gratificación instantánea. Las drogas y el alcohol son la forma más común de la automedicación».
2. Hemos construido una cultura impulsada por las drogas y el alcohol.
Via Pixabay
«Cuando nos sentimos tristes o infelices, vamos a tomar algo. Cuando estamos estresados o no podemos manejar nuestras vidas, podemos recurrir a sustancias más intensas. Por supuesto, no todo el mundo bebe alcohol y/o consume drogas, pero es una tendencia entre nuestra generación».
«Drogas y el alcohol a menudo terminan siendo el peor enemigo del amor. Estas sustancias nos dan la ilusión de una realidad alternativa, una realidad en la que se acentúan nuestras emociones, y el amor que experimentamos se convierte en algo exponencialmente intenso».
«Por desgracia, todo esto sólo nos confunde, haciéndonos creer que el amor es poco más que los sentimientos que experimentamos. Nada mas lejos de la verdad», dice Paul.
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